Este es un mensaje que nos habla de como las manos vacías nos pueden hacer tropezar, pero el Señor por medio de su gracia nos puede llenar aquello que nos quita del camino.
Este es un mensaje que nos enseña que muchas veces somos nosotros mismo los que generamos tropiezos en nuestra vida y el Señor quiere que quitemos esos tropiezos para poder avanzar.